Lo que tienes que saber sobre cómo, cuándo y dónde cargar un eléctrico.

Lo que tienes que saber sobre cómo, cuándo y dónde cargar un eléctrico.

La movilidad eléctrica está de moda y parece que el futuro nos lleva hacia ella a la velocidad de la luz. Aunque aún no es la opción mayoritaria (por su precio entre otras cosas), cada vez más personas se interesan por ella. Aquí tienes algunas claves.

En primer lugar, si estás pensando en un eléctrico, estarás pensando en su autonomía y en cómo cargarlo. En este artículo de nuestro blog tienes más información sobre las Ventajas y desventajas de los vehículos eléctrico e híbridos

Tanto si es para uso particular, como si es para empresa, necesitarás un punto de recarga.

Carga a domicilio.

Si quieres instalarlo en tu casa, no es necesario que pidas permiso a la comunidad de propietarios del edificio. La modificación de la Ley de Propiedad Horizontal recoge que la instalación de un punto de recarga para uso privado en una plaza individual de garaje sólo precisa la comunicación previa por escrito al presidente y al administrador de la finca.

El precio de la instalación oscila en función de las características del equipo de recarga, llamado wallbox, y de la situación del garaje. El caso más económico suele ser la vivienda unifamiliar, ya que se necesita menos longitud de cableado.

La inversión mínima que tendrás que hacer para una instalación de 3,6 kW rondará entre los 1.000 y 1.200 euros, pero por 100 euros más se puede instalar un punto de 7,4 kW que te dará muchas más prestaciones.

Una gran ventaja es que, a través de aplicaciones móviles se puede, por ejemplo, programar el horario de la recarga, ajustar en tiempo real la potencia, acceder al historial de consumo o bloquear el equipo para evitar que otras personas lo usen.
Para nuestro wallbox, podemos elegir entre tres opciones: instalación conectada directamente al contador de la vivienda, instalación de un contador nuevo e independiente o instalación de un gestor de carga para la comunidad.

Esta última opción permite ahorrar dinero en el caso de que haya varios usuarios de vehículos eléctricos en la comunidad y a él sólo podrán acceder quienes hayan sido dados de alta en el servicio.
Si el lugar de la instalación es un garaje que se encuentre en un edificio diferente al de la vivienda, siempre hay que instalar un contador adicional, pero de la gestión se encarga el mismo instalador del punto de recarga.

 

Carga en lugar público.

Lo único que tienes que hacer es buscar un punto de recarga y conectarte… si está libre, si es válido para tu vehículo y si tienes el tiempo necesario para dejarlo ahí.

Es una buena alternativa si aprovechas para cargar en algún lugar donde vayas a realizar compras o alguna actividad de ocio. Por eso, cada vez hay más puntos en centros comerciales, restaurantes, etc.

También te puede resultar útil si tienes algún punto cerca del trabajo.

Te resultará útil saber que hay distintos tipos de conectores y que proporcionan distintas funcionalidades:

  • Schuko
  • Tipo 1 o Yazaki
  • Tipo 2 o Mennekes
  • Tipo 3 o Scame
  • Tipo 4 o CHAdeMO
  • Combo 2 o CSS

Tendrás que asegurarte de cuál es el válido para tu vehículo.

Es especialmente importante saber que encontraremos cuatro tipos de carga en función de su velocidad:

  1. Lenta: enchufes domésticos tipo Schuko en instalaciones eléctricas de 10 A. Un coche eléctrico con una capacidad de batería de 38,3 kWh necesitará unas 16 horas para completar la carga.
  2. Normal: la más utilizada cuando se puede dejar el vehículo cargando toda la noche (unas 7 horas); la carga se hace desde 16 A y los 3,6 kW de potencia, hasta 32 A y 7,4 kW.
  3. Semirápida: desde los 11 kW hasta los 22 kW, pudiendo recargar la batería al 100% en unas 2 horas.
  4. Rápida: con una potencia de 100kW se puede cargar el 80% de un vehículo eléctrico de capacidad media en menos de 1 hora.

Dado que las administraciones están promocionando la movilidad eléctrica, te conviene consultar las posibles subvenciones a las que puedes acogerte en el momento de la adquisición de un vehículo y de un punto de carga; pueden suponer ahorros de hasta el 80% en el wallbox y entre 5.000 y 7.000 euros en el vehículo.

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