13 May Kilovatios en lugar de caballos, la potencia de los vehículos eléctricos.
Estamos acostumbrados a hablar de caballos de potencia del motor de coches, furgonetas o motocicletas, pero, ¿cómo se corresponde esto con la unidad de medida de los eléctricos?
La irrupción de los nuevos vehículos ha traído consigo una nueva unidad de medida de potencia, el kilovatio (kW), de la que cada vez oímos hablar más. Es la forma de cuantificar la fuerza de los motores eléctricos.
Conviene recordar que la utilización del término “caballo” (CV) en automoción responde a una incorrecta asimilación por similitud con el “caballo de vapor”, expresión que fue acuñada por James Watt en 1782 para comparar la potencia de las máquinas de vapor con la potencia de los caballos de tiro.
Los kW tienen como base el vatio, el cual equivale a 1 julio/segundo. Como el caballo de vapor, es también una medida de potencia, que establece la relación entre el trabajo (julios) con el tiempo (segundos). Esto quiere decir que lo que realmente está señalando es el ritmo de consumo o la generación de energía.
Los caballos son la unidad que se emplea tradicionalmente en los motores de combustión interna y miden la potencia que se necesita para levantar 75 kilogramos de fuerza a un metro de altura en un segundo.
Cada kW equivale a 1,34202 CV, es decir que 1 CV es 0,7457 kW. Por tanto, un vehículo de 140 CV de potencia vendría a tener equivalencia con uno de 187,88 kW. Obviamente, no todos los coches eléctricos son iguales, como no lo son los de gasolina o diésel, y de sus características dependerá la potencia que necesiten.
Y, ¿en cuánto a autonomía? 1 kWh nos permite recorrer unos 10 Km, así que, cuando miremos el dato clave de un vehículo eléctrico, que es la capacidad de su batería expresada en kWh, podremos calcular su potencia. Un vehículo con una batería con una capacidad de 28 kWh tiene una autonomía de unos 280 kilómetros antes de tener que repostar.
Los vehículos eléctricos han empezado a popularizar el uso del kilovatio como medida de potencia, pero esta unidad ya la empleamos en otros aparatos con motores eléctricos, incluso en artículos domésticos como una bombilla, una lavadora o un secador de pelo.
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